BIOGRAFÍA
INVENTADA A PARTIR DE UNA FOTO
¡Alma preclara del
magisterio matritense, ejemplo viviente del espíritu salesiano, voz y corazón
de las aulas, docente que ha encendido uno y mil candiles en la noche de esa
tábula rasa de generaciones y generaciones de críos a los que se ha brindado
sin prisa ni pausa, pero con paciencia infinita!
Evocando su tierna niñez,
cuando con la mirada fija en el libro Elena pasaba horas y horas desentrañando
el misterio de las primeras letras, lo hizo siempre con la fiel compañía de su
perro Bru8no, paciente, infatigable, permanentemente a los pies de su pequeña
amita. A tan temprana edad ya se vislumbraba su dedicación al estudio. Esta
virtud sumada a su carácter dócil y su austera presencia conformaron una
personalidad que llenó de orgullo a sus padres y maestros a lo largo de su
educación primaria en el colegio de los hijos de don Bosco de Carabanchel.
Abanderada durante los
Juegos Olímpicos Salesianos, ocupó el primer lugar en el cuadro de honor de
esta institución. Años después colgó el guardapolvo de alumna para vestir el de
docente primero en diversos colegios concertados, y tras su tesis doctoral, en
el CES Don Bosco, pero su corazón sigue siendo el de una nena dócil y
refulgente que taconea los pasillos y salones de la escuela, derramando a su
paso libertad.
Aquellas queridas
paredes, las de Carabanchel, cobijo de sus penas y alegrías, la han visto
crecer ingenuamente entre los árboles del patio, jugar mucho primero, y mucho
estudiar después; partirse la ceja, llorar algún desamor, y compartir las más
íntimas confidencias con sus amigas del alma, las de aquella infancia que sigue
latiendo sucintamente entre las fibras de su alma.
En el amanecer de su
madurez, y como Febo que asoma, despertó en su espíritu inquieto otra vocación
mientras estudió en la universidad, inscrita en el grupo de teatro: la interpretación.
Los grandes maestros -Stanislavsky, Vittori, Grotowsky, Sofovich, Strassberg-
no tienen vericuetos para ella, y desde entonces, desde que asomara al mundo
aquella tierna niña en compañía de su inseparable can, hasta el penúltimo día
de este marzo, no ha hecho sino escribir en el libro de su vida páginas de
extraordinaria brillantez y terneza.
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