¿Cómo estás?
Espero que hayas disfrutado mucho de la Semana Santa. Ahora, ya de vuelta,
imagino que estés dispuesto a afrontar el último tramo del curso para superar
todos los retos que te quedan hasta el verano. ¡Mucho ánimo!
En esta
ocasión te propongo una nueva actividad. Aquí te cuelgo un breve relato en el
que he sustituido algunas palabras por su significado. Deberás devolverme el
mismo relato, pero tendrás que sustituirme a la vez cada una de mis
definiciones por una imagen de la palabra que se ha sustituido.
El título
del relato es “La estrella luminosa, centro de nuestro sistema planetario y
la masa de vapor acuoso suspendida en
la atmósfera”.
Verás que
cada definición está en un color, para que te resulte más sencillo ver qué
tramo del texto ha sido cambiado. ¡Mucho ánimo!
“La estrella luminosa, centro de nuestro sistema planetario viajaba por el cielo, alegre y glorioso
sobre su carruaje de dos
ruedas, con lanza o varas para enganchar el tiro, y cuya armazón consiste en un
bastidor con listones o cuerdas para sostener la carga, y varales o tablas en
los costados, y a veces en los frentes, para sujetarla, de fuego, lanzando sus rayos en todas
las direcciones, a pesar de la rabia de una nube de humor de temporal, que
rezongaba.
Despilfarrador,
mano rota, regala, regala tus rayos, verás cuántos te van a quedar. En los terrenos
plantados de vides cada grano
de uva que maduraba sobre los vástagos de la
vid, largos, delgados, flexibles y nudosos, de donde brotan las hojas, las
tijeretas y los racimos robaba un
rayo al minuto, o también dos; y no había una brizna de hierba, o araña, o
flor, o partícula de cualquier líquido de forma
esferoidal de agua,
que no se tomase su parte.
Deja, deja
que todos te despojen: verás cómo te lo agradecerán, cuando no tengas nada más
para regalarles.
La estrella luminosa, centro de nuestro sistema continuaba alegremente su viaje,
regalando rayos por millones, por miles de millones, sin contarlos.
Solamente al
ocaso contó los rayos que le quedaban: y fíjate, no le faltaba ni si quiera
uno. La masa de vapor
acuoso suspendida en la atmósfera, de la sorpresa, se disolvió en granizo.
La estrella luminosa, centro de nuestro sistema se zambulló alegremente tras el límite visual de la superficie
terrestre, donde parecen juntarse el cielo y la tierra.”